Por Ángela Fernández
Según el CIS, el 35,8% de los encuestados la prefiere frente a la privada y la concertada y la señala como primera opción para sus hijos, pese a los recortes que está llevando a cabo el PP y los intentos de la derecha mediática de atacar a la educación pública.
Esto puede deberse a diferentes motivos. El primero es que la escuela pública, a diferencia de la privada, es un servicio donde caben todos, es de todos y es para todos. Su acceso, está abierto a toda la población sin exclusiones: con independencia de la clase, el género, la nacionalidad, la etnia o la capacidad económica. Sin embargo los privados o concertados excluyen, aunque sea a un solo alumno, ergo no presta un servicio público, y en consecuencia no puede llamarse público. Otro motivo por el cuál defiendo la escuela pública, es que a diferencia de la privada, es mucho más participativa, y democrática, ya que cualquier ciudadano tiene las puertas abiertas, por derecho.
Además, es gestionada por la Comunidad educativa. Sin embargo, la escuela privada está gestionada por un empresario, y no es necesaria la participación democrática, ya que la empresa es la encargada de ofrecer los servicios a los clientes que son sus usuarios.
La privada crea desigualdades, sin embargo la pública asume el principio del respeto y reconocimiento a la diferencia. La pública se preocupa constantemente de superar cualquier barrera que dificulte los aprendizajes de cualquier alumno independientemente de cuál sea su medio social, cultura, el sexo o cualquier discapacidad física, intelectual, sensorial o el caso de la sobredotación intelectual.
Sin embargo, la escuela privada concertada, como ha demostrado año tras año en su gran mayoría, rechaza al alumnado inmigrante y de necesidades educativas especiales poniendo el lucro por encima de la solidaridad, aunque para ello tenga que excluir a una parte del alumnado. Por todo ello defiendo una educación pública de calidad, una educación que esté exenta, por ley, de recortes. Una educación pública de la que nos podamos sentir orgullosos. No olviden que la educación es el pilar fundamental de cualquier sociedad.